Bienvenido. Este blog pertenece al Club Estandarte de Alicante. Nuestra afición son la recreación de batallas históricas utilizando miniaturas. Es decir, nos encantan los wargames históricos. Hemos creado nuestro propio Reglamento de Combate que puedes descargarte pinchando sobre el link.

¿Qué es el reglamento Estandarte?

El reglamento ESTANDARTE está diseñado para jugar tres periodos distintos.

- Época Antigua (3000 AC hasta el 1500 DC)
- Renacimiento y Barroco (1500 hasta el 1700)
- Época Moderna (1700 a 1900)


En Escenarios tienes una lista de famosas batallas que hemos jugado.

domingo, 7 de octubre de 2012

Fornovo 1495.



Recientemente recreamos por segunda vez la batalla de Fornovo. Si en la primera recreación los franceses consiguieron una victoria aplastante sobre las fuerzas de la Liga, esta vez fueron los italianos los que consiguieron los laureles, aunque no les fue fácil.

La niebla ayudó a que la finta de los galos tuviera éxito, ya que engaño a la vanguardia italiana el tiempo suficiente como para que la mayor parte del ejército cruzase el río. Sin embargo, la retaguardia francesa no consiguió retirarse en buen orden ante el empuje de la caballería italiana y fue aniquilada en su totalidad.

Vista desde el lado italiano (obsérvese el campamento fortificado) del campo de batalla al levantarse la niebla. Al fondo se observa al ejército francés cruzando el río Taro. Las unidades de la retaguardia gala están alineadas protegiendo la retirada. La vanguardia italiana está dispuesta a abalanzarse sobre ella, lo que causará su destrucción.


La vanguardia gala comenzó a avanzar rápidamente para intentar tomar posiciones que evitaran que los italianos cruzaran en gran número el río Taro, pero en ese momento intervinieron los estradiotes. Gracias a su sacrificio, el ejército francés se vio frenado lo que dio tiempo a que una numerosa fuerza de caballería se dispusiera bloqueando el camino.

La lluvia comenzó a retardar y entorpecer a todos los combatientes. Los suizos se lanzaron contra la caballería, pero ésta se replegaba evitando el cuerpo a cuerpo y agontándoles. Una gran parte de la caballería gala había cruzado el río pero temiendo que fuerzas italianas llegaran por la retaguardia se desplegaron para proteger el bagaje. En un momento dado lanzaron un contra-ataque contra un ataque italiano de flanco. Sólo la guardia real con el rey a la cabeza realizó una carga contra la caballería italiana dispuesta en el frente del avance galo. Sin embargo las cargas fueron inútiles al ser realizadas en desorden. Poco a poco los proyectiles italianos fueron cobrándose bajas entre los suizos y franceses.

Momentos finales de la batalla. A la izquierda, la caballería francesa a detenido a unas unidades de infantería italiana que amenazaban el flanco. Al fondo pueden observarse los bagajes fuera del camini. La vanguardia franco-suiza ha provocado numerosas bajas en la caballería italiana, pero no las suficientes como para despejar todo el camino. La infantería suiza ha sufrido un duro castigo y se encuentra totalmente agotada.


Finalmente llegó el anochecer. Aunque las fuerzas de la Liga lograron cortar la línea de retirada gala y realizaron numerosas bajas en los mercenarios suizos, su caballería sufrió un serio correctivo y no lograron atacar al bagaje francés. Esta vez fue una victoria táctica para el bando italiano.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Nördlingen 1634



El pasado sábado realizamos la recreación de la batalla de Nordlingen 1634, cuando los tercios españoles machacaron a la afamada infantería sueca. Os paso a continuación la valoración que hizo Franjo, árbitro y diseñador del escenario, precedida de una introducción histórica escrita por él. Las fotos también son suyas. Los textos de los pies de foto de un servidor.


NORDLINGEN 1634, UN DÍA ANTES DE LA BATALLA


El pabellón del cuartel general del ejército de la Liga Católica era tan enorme como ostentoso.
No había rincón en el que no se amontonaran estandartes, tapices, muebles de floreados diseños, jarrones de porcelana fina, orfebrería de plata y bronce y armas procedentes de todos los rincones del mundo conocido. No en vano los ejércitos de sus Católicas Majestades, los Habsburgo, habían saqueado la mitad de este mundo y parte del restante.


Al Duque Carlos de Lorena, caballero austero y de maneras discretas, tanta opulencia le saturaba los sentidos. Aristócrata leído, el Duque de Lorena simpatizaba en secreto con buena parte de las liberales ideas luteranas, especialmente en lo concerniente al gusto que mostraba la jerarquía eclesiástica por el poder y los placeres mundanos. Pero nobleza e intereses políticos obligan, y tanto de Lorena como su país, Baviera, estaban comprometidos a fondo, al menos de momento, con la causa católica. También le chocaba la riqueza de la que hacía gala la nobleza española en contraste con el aspecto desharrapado de sus soldados. Tropas éstas que a primera vista parecían chusma, simple carne de cañón, y a los que costaba imaginar como herederos de los soldados que habían dominado Europa y el mundo durante el último siglo y medio. Pero el de Lorena sabía que detrás de ese aspecto empobrecido había guerreros con tanto orgullo como oficio y que darían ejemplo al resto de tropas, especialmente a los numerosos y poco fogueados reclutas que formaban las filas bávaras y austro-húngaras.


Un fuerte eructo quebró las reflexiones íntimas del Duque de Lorena y le hizo fruncir el ceño.
Piccolomini había rebañado el fondo del puchero de spaghetti a la bolognesa y se limpiaba con
la manga de la camisa los restos de tomate y de grasa que le goteaban de la barba.


- Cazzo di Dio! - el vozarrón del general italiano retumbó en el pabellón como una carga de sus coraceros negros - Mozo, mi jarra está vacía. Andiamo presto, figlio di la grandissima puttana!


El Duque de Lorena lanzó una mirada reprobadora al español Marqués de Leganés, superior de Piccolomini y primer general del ejército que el Rey Felipe IV de España había enviado en
ayuda de su primo. Pero éste parecía ausente, sumido en sus propios pensamientos. Leganés, junto con el austro-húngaro Matthias Gallas, era el auténtico comandante en jefe del ejército católico. Nominalmente atendían a las órdenes de los dos Fernandos, el Cardenal Infante y el Rey de Hungría, pero aquellos dos príncipes, con buen criterio, fiaban en los dos veteranos generales casi todas las decisiones militares y sólo aparecían, de tanto en tanto, para ser aclamados por sus tropas o para posar sus rubios rizos delante de algún pintor italiano de moda.


Al otro lado de la mesa, el Marqués de Cervellón, segundo al mando del ejército español, compartía con Gallas un azumbre de palinka, el aguardiente de frutas que el general húngaro siempre tenía a mano. Ninguno de los dos se cruzaba una palabra. Hubo un momento en que sólo el vino bajando por la garganta de Piccolomini rompía el pesado silencio que se adueñó del pabellón.


- Los Fernandos se retrasan más de lo habitual - masculló finalmente Gallas - Casi tanto como los herejes.


Durante varios días, las descubiertas españolas e imperiales habían informado del avance del ejército protestante que acudía al rescate de la plaza de Nordlingen, sitiada por los católicos. Sin embargo, y a diferencia de la presteza que mostraban cuando el difunto Rey Gustavo los comandaba, esta vez los protestantes se lo habían tomado con mucha calma. Los espías de la Liga católica informaron que los protestantes parecían esperar a que se les uniera otro contingente de refuerzo que bajaba desde el norte. Ante la amenaza, el Marqués de Leganés y Matthias Gallas se apresuraron a montar una solida línea defensiva apoyada en la colina de
Albuch, situada al sur de Nordlingen, con el flanco izquierdo protegido por el río Rezembach y las marismas que se extendían hasta el pie de la colina. No obstante, al cabo los herejes habían decidido marchar contra su enemigo sin esperar a los refuerzos.


La situación, a priori, favorecía a los católicos: eran más numerosos y estaban bien atrincherados. Además, los suecos ya no contaban con la guía de su querido Rey Gustavo, al que llamaban el León del Norte, que había muerto bajo las armas católicas en Lützen, su última y postrera victoria. Las terribles bajas sufridas en esa batalla y la muerte de su rey habían socavado la moral de los suecos supervivientes y del ejército protestante en bloque. La cosa pintaba bien y la confianza en una pronta y decisiva victoria empezó a correr alegremente entre las filas católicas. Quizás por ello el Marqués de Leganés, que conocía de los devaneos de la diosa Fortuna, no las tenía todas consigo.


Matthias Gallas, aunque conocía bien al comandante español, en esta ocasión no compartía sus prevenciones. Las derrotas sufridas por los suyos a manos de los suecos y de los herejes sajones le escocían como sal en una herida y ardía en deseos de venganza. Esta batalla le daría la oportunidad de cobrarse con creces los agravios sufridos.


- No se preocupe, Don Leganés, que el pescado ya está en la red. Sólo nos queda clavarle bienel espetón y asarlo.


- Eso espero, estimado Matthias, eso espero. Veremos qué disponen hoy nuestros príncipes. Parece que ya están aquí.


Una comitiva de pajes y heraldos precedieron la entrada en el pabellón del Cardenal Infante Fernando, hermanísimo del Rey de las Españas, y de su primo el Rey Fernando de Hungría. Los cinco generales, incluso Piccolomini, se levantaron e inclinaron sus cabezas ante sus príncipes. Éstos tomaron asiento en el trono doble que presidía la mesa del consejo. Eran jóvenes y arrogantes y desprendían poder en cada uno de sus gestos. Se les notaba alegres, observó Carlos de Lorena, lo cual no supo discernir si era bueno o malo.


- Señores, la batalla se avecina – dijo con solemnidad el Cardenal Infante tras pedirle la venia con un gesto a su tocayo. Ante tal obviedad, el corpachón de Piccolomini se estremeció y por un momento de Lorena creyó, aterrorizado, que el italiano iba a soltar una carcajada. Pero Piccolomini se repuso de inmediato ante la mirada gélida del Marques de Leganés.


- Su Alteza y nos hemos recibido carta del Rey Felipe – continuó el Cardenal Infante - Ha dispuesto la celebración de una docena de misas para que la Providencia nos ayude ante esta misión. Dios está de nuestro lado, señores, y los herejes han de pagar, de una vez y por todas, su arrogancia y su apostasía.


- Mañana los borraremos de la faz de la Tierra. Esta victoria debe ser absoluta. Es nuestra
misión dar ejemplo en todo el mundo cristiano para que sepan lo que les espera a aquellos
que se separan del camino correcto – añadió el Rey de Hungría.


El Marqués de Leganés sabía que detrás de las palabras del Rey Fernando estaba su deseo de ganar puntos para alcanzar el trono del Sacro Imperio Romano-Germánico. Por parte de su señor el Cardenal Infante, Leganés también era consciente de las dificultades financieras que sufría su hermano el Rey Felipe, empeñado en varios frentes a lo largo y ancho del extenso Imperio español. Un ejército más en armas, como éste que había enviado a Alemania, le resultaba demasiado oneroso como para mantenerlo durante mucho tiempo en campaña. Una victoria decisiva, que acabara con la amenaza protestante, no sólo era conveniente, sino absolutamente necesaria para los intereses de los Habsburgo. Pero Leganés sabía que los suecos y sus aliados eran un hueso muy duro de roer, y no pudo evitar rechinar los dientes antes de dirigirse a los príncipes.


- Altezas, los generales aquí presentes y yo mismo estamos para serviros, a vuecencias y al Rey.


Leganés hizo una pausa antes de continuar, que impacientó visiblemente a los dos
Fernandos. - Entiendo que es voluntad de nuestro Rey Felipe y orden suya que mañana mismo combatamos contra el enemigo.


- ¿Dudáis acaso de nuestras palabras, general? – la voz del Rey de Hungría era tan afilada como el acero gris de sus ojos.


- En absoluto, mi Alteza. Sé que nuestro Rey Felipe es consciente del inmejorable ánimo de
nuestras tropas y de nuestra confianza ante la victoria final. Como sé, también, que conocerá la fortaleza de nuestra actual posición y de la ventaja que nos proporciona ante el ataque de los herejes.


- ¿A dónde queréis llegar, Marqués? – el Cardenal Infante fue más suave que su primo al dirigirse al general, pero en su tono también se apreciaba una velada amenaza. Leganés sabía
que debía andarse con cuidado.


- Altezas, os propongo que esperemos a que los herejes intenten el asalto a nuestra posición y que su fracaso sea el comienzo del ataque de nuestras tropas. De este modo aseguraremos
que la victoria sea aplastante.


- Querido primo, no esperaba tanta prudencia en un Grande de España – dijo Fernando de
Hungría a su tocayo con retintín.


Gallas observó cómo Leganés enrojecía hasta las cejas. Cualquier otro que le hubiera insinuado cobardía estaría enfrentándose en ese momento a la espada del Marqués. El Cardenal Infante, que apreciaba al de Leganés en lo que valía, salió al paso.


- Queridísimo primo, estoy seguro que el Marqués y los generales aquí presentes nos van a
proporcionar, con la ayuda de Dios, una victoria que se recordará y será celebrada durante muchos siglos. Tiene mi confianza absoluta. Así que, si os parece bien, démosle un par de días de margen para probar su plan.


- De acuerdo, amadísimo primo – contestó el Rey de Hungría – Pero que sea sólo un día.


- Está bien. Generales, éstas son sus órdenes. Si pasado mañana al alba los herejes todavía no han atacado, lo haremos nosotros. Dispongan lo que sea necesario para ello. Eso es todo. Queden con Dios.


Los dos Fernandos y su séquito abandonaron el pabellón sin más ceremonia y dejaron a los
cinco generales discutiendo los detalles del plan de batalla.


- Matthias, Conde de Lorena, señores… Deseo que desde esta misma noche envíen vuesas
mercedes tropas en escaramuza que provoquen al enemigo. Piccolomini, haga que sus
coraceros negros se paseen a la vista del enemigo, seguro que recuerdan quiénes son y que han hecho a sus esposas e hijas. Cervellón, organice encamisadas de la gente de nuestros tercios viejos. Gallas, haga que esos croatas se ganen la soldada en campo enemigo. Que sangren todo lo posible a los herejes y, si pueden, que claven unos cuantos cañones, que parece que es lo único en que nos aventajan. Y recemos porque les calentemos lo suficiente para que mañana nos ataquen.


Y ahora, la valoración de la batalla

Respecto al escenario, dentro de lo difícil que es acertar a la primera (sin playtesting previo) un diseño equilibrado, que le dé a ambos bandos las mismas o parecidas probabilidades de victoria, creo que no estuvo mal que se resolviera la batalla en el último turno de juego. El bando perdedor, además, tuvo también opciones de victoria, pues el ejército enemigo quedó sólo a 12 PDs de la rotura.


Los reductos del Albuch


Los protestantes hicieron un plan razonable, empeñando lo justo en el asalto a Albuch y desplazando la mayoría de sus divisiones de infantería al centro y las de caballería a su flanco izquierdo para lograr superioridad local en esos puntos. No obstante, no lograron conquistar el objetivo principal, los reductos de Albuch y, si no fuera por la sangría que causaron a los católicos en el centro a base de disparos en los primeros tunos de juego, no habrían pasado de un empate... Ahora bien, según las condiciones de victoria que ellos conocían, habrían perdido la batalla si no hubieran causado las suficientes bajas al enemigo para romper su moral de ejército en el último turno.



El asalto a los reductos del Albuch. Los suecos dispusieron toda su artillería para someter a un tremendo bombardeo a los españoles


Los católicos (según la modificación de condiciones que sólo ellos conocían), tenían la victoria difícil, pero creo que no más que los protestantes. Un 14% más de PDs, un +2 de los tercios vs batallas en el C/C y la posesión inicial del objetivo principal son ventajas nada despreciables. Sinceramente, creo que les lastraron ciertas decisiones y una mala racha de suerte en los dados en el primer tercio de la batalla. Optaron por empeñar a todas sus tropas para poder conquistar Ederheim a tiempo y lograr la victoria, pero lo hicieron de tal forma, a ritmo de infantería, que permitieron al enemigo dos cosas: que formaran una fuerte línea en el centro, incluso logrando superioridad local en tropas, y que el mando de caballería sajón que protegía su flanco izquierdo no tuviera que empeñarse más que en los últimos turnos. Los católicos sólo lograron ganar dos iniciativas en toda la batalla, lo cual les impidió aprovechar situaciones de ventaja que podrían haber cambiado las tornas. En cambio, los protestantes disfrutaron de un +1 a la iniciativa, gracias a la reserva del mando de Frank, durante buena parte de la batalla.

Panorámica general de la batalla. En primer plano los suecos tienen controlado su flanco, en los reductos ya hay un hueco debido a la acción de la artillería. En el centro las tropas protestantes aguantan la embestida de los católicos. Al fondo, la caballería protestante se ha concentrado y está dispuesta para aguantar el asalto católico por ese lado.


Los católicos también tenían superioridad en tropas de caballería (27 vs 21, siendo las seis unidades de diferencia de caballería pesada), pero no lograron desplegarlas de modo que pudieran aprovechar esa superioridad localmente. El pobre Piccolomini, junto con otra división de caballería del mando de Vanguardia español, prácticamente no intervinieron en toda la batalla.

No hubo grandes aciertos ni errores en ninguno de los dos bandos, pero sí se fueron acumulando pequeños detalles y circunstancias que al final decantaron la balanza en el lado protestante. Por cierto, incluso para mí, como árbitro IMPARCIAL, fue bastante duro ver cómo los tercios españoles e italianos (de moral A y B, respectivamente) de la Reserva española fallaron en un par de ocasiones sus tests de carga y, además de causarse PDs gratuitamente, permitieron resoplar de alivio a los sajones (de moral C) que tenían enfrente. Lo normal habría sido que esas dos unidades hubieran dado muchos problemas al centro protestante... pero bueno, esta vez la Providencia estuvo del otro lado.


Y hasta aquí el relato del árbitro. Aquí dejo un link con las reglas de escenario y el orden de batalla de ambos ejércitos. Se recomienda que se lo baje un árbitro pues cada bando tiene sus propias reglas.

sábado, 3 de octubre de 2009

Modificaciones y aclaraciones en el reglamento



Dentro de poco el servidor geocities va a desaparecer. Yahoo ha decidido echarle el cierre, así que el antiguo sitio Estandarte va a correr la misma suerte. Ya estamos buscando otro sitio para guardar los archivos y reglamentos.


El pasado mes de septiembre se realizó una reunión para revisar las normas del reglamento. A pesar de la duración de la misma no nos dio tiempo más que a revisar hasta la sección número 13 dedicada al Desorden de las Unidades.



La modificación más importante que se aprobó es volver a dar a la artillería de época moderna una potencia de fuego similar a la que tenía antes de la modificación del 26 de junio. Se vuelve a recuperar el test de moral cuando dispara a corta distancia. Eramos muchos los que pensabamos que la anterior regla desvirtuaba la importancia de la artillería en la época moderna. Y nadie negará que los cañones fueron un elemento que cambió completamente la faz de los campos de batalla a partir del finales del siglo XVII.


Asimismo se ha considerado que la artillería media y pesada de campaña tienen una movilidad semejante. Necesitan un turno para desplegarse, pero no para comenzar a moverse nuevamente.


Sin embargo se mantienen algunas reducciones. La más importante es que la artillería pesada de campaña pasa a tener un alcance en corta de 20 cm, aunque su alcance en larga sigue siendo de 80 cm.


Otra modificación importante es que la artillería a caballo sólo se considera compuesta por calibres ligeros y que pierde su capacidad de mover y disparar. Sigue manteniendo su movilidad de 20 cm.


Asimismo, se contempla la posibilidad de que la artillería pesada pueda estar emplazada en fortificaciones en determinados escenarios. En ese caso su alcance a corta se ve aumentado a 25 cm, pero su movilidad tiene una restricción.


Permanecer atentos, porque en cuanto pueda colgaré todas las modificaciones

jueves, 24 de septiembre de 2009

El Club Estandarte en la prensa



En el ejemplar de ayer del períodico Información sale una noticia sobre la celebración el próximo fin de semana en San Vicente del Raspeig de las II Jornadas de Flames of War organizado por los clubes War&Rol y El Protocolo de Alicante quienes han tenido el detalle de invitarnos.

Así, una representación del Club Estandarte estará presente para llevar a cabo una batalla napoleónica de demostración. Será el sábado 26 y recrearemos la batalla la de Castalla 1813, luchada entre las tropas napoleónicas y los aliados.

Arriba está la foto con la que han ilustrado la noticia en el diario. Se trata de la recreación de Bailen que realizamos el las I Jornadas celebradas el año pasado.

jueves, 16 de julio de 2009

Aclaración en el reglamento. Movimiento de las unidades



El pasado fin de semana surgió una duda con las reglas de movimiento de las unidades. Nos hemos dado cuenta de que el punto 8 no estaba bien explicado y por ello se ha procedido a realizar una aclaración.


Las modificaciones están recogidas en este documento.



Son las siguientes

8.1. - Una unidad puede avanzar todo su movimiento en línea recta o en oblicuo sin cambiar encaramiento

a.- Si avanza en oblicuo, se mide el recorrido de la primera base desde la esquina mas alejada del punto de destino a la parte de atrás de dicha base. Si la separación es de 3 cm o mayor es avance en oblicuo. Si es menor de 3 cm considera movimiento en lateral.


Se ha añadido un dibujo explicando lo de la primera base. Anteriormente el dibujo representaba a una unidad completa.

8. 4.- Hay cuatro tipos de movimiento que permiten el cambio de encaramiento. En caso de que una maniobra sea el resultado de una mezcla de estos movimientos, siempre ha de considerarse que la unidad se ha movido con el movimiento de menor recorrido permitido. Si una unidad está obligada a comenzar su movimiento con un desplazamiento lateral sólo podrá mover la mitad de su movimiento y no podrá avanzar su primera base más de 3 cm (regla 8.1). Si la unidad está obligada a comenzar con un movimiento de retroceder no podrá sobrepasar su línea de vanguardia.

La anterior redacción parecía permitir que una unidad moviese lateralmente y avanzase más de 3 cm. Ahora, cuando una unidad se mueve de lateral no puede avanzar más allá de esos 3 cm.

Asimismo se ha añadido en el punto B-1 que una unidad que se mueve lateralmente puede combatir además de disparar.

viernes, 26 de junio de 2009

Nuevas reglas en artillería de la época Moderna

ATENCION: ENTRADA ACTUALIZADA EN SEPTIEMBRE DE 2009 MAS ADELANTE PONDREMOS EL LINK A LAS PAGINAS MODIFICADAS


Hemos modificado y añadido algunas reglas que afectan a la artillería en época moderna. En varias ocasiones nos habíamos encontrado con que las unidades artilleras eran demasiado poderosas, así que las hemos hecho algo más vulnerables a los ataques de infantería en cuerpo a cuerpo y más lenta en el despliegue a las unidades más potentes. También hemos disminuido un poco su potencia de fuego.

Página 10:

2.- La artillería ligera puede o mover, o desplegarse y disparar en el mismo turno. Si mueve se
le da la MEDIA VUELTA y no dispara ni responde avanzando 10 cm. En el siguiente turno si decide disparar dará la media vuelta indicando su despliegue para encarar al enemigo y dispararle.


3.- La artillería media y pesada necesita un turno completo para desplegarse, y em el siguiente turno podrá disparar. No puede desplegar y disparar en el mismo turno como la ligera. Si mueve se le da la MEDIA VUELTA y no dispara ni responde, avanzando 10 cm.

4.- Si la artillería se mueve su movimiento es de 10 cm. Si por motivo de un test de moral se obtenga un resultado de retroceder 5 cm (página 43), la artillería no retrocede pero se considera que se ha movido. Sólo se le da la media vuelta representando que debe de volver a desplegarse nuevamente.

Con esto conseguimos que la Artillería Ligera sea realmente ligera en cuanto a movimiento. La media y la pesada pasa a ser más lenta debido a que tarda un turno en desplegarse. La pesada es la más lenta de todas. Si la movemos de un sitio a otro tardamos tres turnos en volver a disparar. Un tuno para engancharse, otro para mover y otro para desplegarse nuevamente.

Página 11:

1.- Ángulo de tiro: Excepto en Antigüedad (0º de ángulo de tiro), los cañones tiene un ángulo de tiro frontal de 25º en cada lado (total 50º). Para el combate C/C, o para cuando es objetivo de un disparo, los cañones no tienen frente, ni flancos ni retaguardia

Se ha añadido la frase final para recalcar ese punto que está recogido en otras secciones



Página 14:

12.- Si una unidad de artillería que está involucrada en combate cuerpo a cuerpo debe de pasar test de moral, el resultado retroceder 5 cm no le será aplicado. La artillería permanece en el sitio en los combates cuerpo a cuerpo. Si el test de moral es debido a un disparo si que puede retroceder.
13.- Si una unidad de caballería carga cuerpo a cuerpo contra una unidad de artillería y gana el combate, la unidad de Caballería puede intentar perseguir tirando un dado de persecución (ver punto 19.6)
14.- Si una unidad de infantería carga cuerpo a cuerpo contra una unidad de artillería y gana el combate, puede perseguir automáticamente. La persecución sólo acaba bien porque la infantería pierde el combate o empata el C/C, o bien porque decide dejar de perseguir.

Página 33:

8.- Si la infantería llega al cuerpo a cuerpo contra una unidad de artillería y gana el combate, la persecución es automática. La caballería si debe de tirar persecución (ver puntos 5.12, 5.13 y 5.14)

Estas reglas hacen que las unidades de artillería sean muy vulnerables al Cuerpo a Cuerpo, sobre todo de la infantería. Anteriormente una unidad de artillería podía parar todo un ataque porque podía aunque perdiese el primer C/C, si luego pasaba el test de moral y el atacante no podía perseguir por el dado, todo quedaba paralizado. Si al siguiente turno disparaba podría destrozar definitivamente la ofensiva.




Página 42:

- Los disparos a distancia corta de Infantería o de Artillería hacen pasar test de moral a la unidad objetivo.

- Los disparos de caballería no hacen pasar el test de moral, aunque sean a distancia corta.

Página 43:

3.- Siempre que se pierda en un combate C/C o se sufra una descarga de disparos de infantería o artillería a distancia corta en época Moderna, se debe de pasar el test de reacción.

Hemos vuelto a restaurar la potencia de disparo de la artillería. Nos hemos dado cuenta de que eso no tenía ninguna lógica porque los manuales de la época insistían en que nunca se debía de atacar frontalmente una batería por su alto poder destructor debido al uso de metralla.

La potencia de fuego de la infantería permanece igual


jueves, 29 de enero de 2009

Nuevas aclaraciones. Huídas, retrocesos y otras cosillas



Al hilo de los últimos combates hemos añadido algunas aclaraciones en el relgamento Estandarte.

1.- Se ha cambiado el término "cobertura de tiro" por el más correcto de "ángulo de tiro".
Esta modificación semántica no es muy importante pero se ha realizado para evitar posibles confusiones. Afecta a varias páginas que pueden encontrarse aplicando el buscador sobre el documento.

2.- Las tropas ligeras no hacen pasar test de moral cuando desaparecen aunque estén en orden cerrado. Además siempre tienen un -2 al test de moral si son atacadas cuerpo a cuerpo en llano por cualquier otra unidad (excepto otra infantería ligera).

Esto afecta al apartado 21: Clases de Tropa, Moral y Huída.

En los escenarios que hemos jugado las unidades de infantería o de caballería ligera normalmente van a su bola, no necesitan cumplir la distancia de mando y son muy móviles. Algunas incluso tenían una moral muy elevada. Su desventaja es que eran unidades pequeñas y que generalmente iban en orden disperso.


Por lo arriba indicado hemos considerado que su desaparición no debe de afectar a las otras unidades haciendolas pasar un test de moral, aunque dicha desaparición sea de unidades de infantería ligera formadas en orden cerrado. Si van a su bola, van a su bola para todo. Regla afectada: punto 4 del apartado 21.


Asimismo, hemos considerado que el -2 del test de moral se aplique a las unidades de infantería ligera que luchen en llano en cuerpo a cuerpo, sin importar que estén en orden disperso o cerrado. La excepción es si luchan contra otros de infantería ligera. Ojo, si la lucha es de una infantería ligera contra una caballería ligera, la infantería ligera tiene el -2 a la moral pero la caballería no. Eso es para representar que la caballería siempre infundía temor a los infantes cuando estos estaban en llano. Se recuerda que la penalización de -2 sólo se aplica en terreno llano. Regla afectada: punto 7 del apartado 21. Es un punto añadido, por lo que se ha modificado la numeración del apartado 21.

3.-Ataques por la retaguardia con resultado de huída o de retroceso en el test de moral.


Esta aclaración afecta al punto 10: Retirada y al punto 14: Impedimentos a la huída o a la retirada del apartado 21. SE HA TENIDO QUE AÑADIR UNA PÁGINA MAS.



El reglamento pasa de tener 56 páginas a tener 57. La paginación que se ve afectada es la de los apartados 22, 23 y 24.


Hace poco surgió una situación en la que una unidad fue atacada por la retaguardia y como resultado del combate tuvo que pasar test de moral con resultado de retroceso.


La situación no se habría dado si el ataque hubiese sido de flanco. La unidad habría podido retroceder.


Aplicando estrictamente el reglamento la unidad tenía que retroceder pero eso la obligaba a tocar a su atacante por lo que perdía 1 PD y debía de tener un nuevo test de moral.


La situación era un poco ilógica si tenemos en cuenta que la unidad atacada no tenía a nadie delante de ella, pero claro, eso significaria que la unidad "avanza al retroceder".


Una variante de esta situación es que una unidad dispare a corta distancia por la retaguardia a otra unidad y como resultado del test de reacción también deba retroceder. Se daría la paradoja de que la unidad que está retrocediendo de espaldas se acercaría al que ha disparado.


Para evitar posibles complicaciones futuras hemos intentado aclarar dicha situación aplicando el reglamento y algo de sentido común. Debemos recordar que en el retroceso no está permitido el cambio de encaramiento en ninguna circunstancia.


Se ha optado por no permitir el "avance al retroceder" ni el "acercarse de espaldas al que ha disparado". En ambos casos la unidad que ha sido atacada o dispararada por retaguardia se queda en el sitio, mantiene el encaramiento, sufre 1 PD y no debe de pasar nuevos test de reacción. Por ello se ha añadido el Punto 14 e.


Evidentemente se deduce que hay una situación parecida en caso de que el resultado del test hubiera resultado en "huída". En ese caso la unidad desaparece, porque la huída establece que la unidad cambia el encaramiento. Y al hacerlo se da de bruces con la unidad que la ha atacado. Gráfico añadido en el punto 14 b.


Se recomienda imprimir de nuevo todo el apartado 21 dedicado a la Huída y Retirada. Son las páginas 43, 44, 45 y 46. La 46 es la página que se ha añadido. El índice alfabético también ha sido modificado en consecuencia.